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FotoPrensa | December 8, 2024

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Mención Honrosa Naturaleza Reportaje 2024

Mucho antes del amanecer, decenas de personas se reúnen en torno a más de 50 lanchas a lo largo de la extensa costa caribeña de Venezuela, con sus cuerpos bronceados, mostrando cicatrices y manos heridas después de años de pesca. La mayoría son hombres, pero cada vez hay más mujeres de las comunidades costeras de Choroní y Chuao, que alguna vez estuvieron relegadas a cocinar o limpiar en albergues, pensiones y comedores, y se han ganado el respeto de los hombres con quienes trabajan ahora. Muchas de ellas perdieron sus trabajos debido a que la prolongada crisis del país acabó con el turismo en la zona y la pandemia de coronavirus empeoró su calidad de vida.

Pueden llegar a ganar el equivalente a 8 dólares después de cinco turnos consecutivos de 12 horas. Eso es apenas una fracción de los 390 dólares que se calcula necesitaría una familia venezolana al mes para comprar una canasta básica de bienes, pero significa más que el salario mínimo mensual de 5 dólares a nivel nacional.

 

Long before dawn, dozens of people gather around more than 50 boats along Venezuela’s long Caribbean coast, with their bodies tanned, showing scars and hands injured from years of fishing. Most are men, but a growing number of women from the coastal communities of Choroní and Chuao, who were once relegated to cooking or cleaning in hostels, boarding houses and canteens, have earned the respect of the men they now work with. Many of them lost their jobs because the country’s prolonged crisis wiped out tourism in the area and the coronavirus pandemic worsened their quality of life.

They can earn the equivalent of US$8 after five consecutive 12-hour shifts. That is just a fraction of the estimated US$390 a Venezuelan family would need per month to buy a basic basket of goods, but it means more than the monthly minimum wage of US$5 at the national level.

 

MATÍAS DELACROIX